10 consejos para hacer un rider de concierto (bien)

El rider de Sunn O))) es de traca, pero está muy bien hecho

Si tienes un grupo probablemente hayas tenido que enviar ya un par de riders técnicos a las salas de concierto. Por si acaso lo primero que voy a hacer es explicar qué es un rider técnico:

El rider técnico es el documento que se le entrega al técnico de sonido del lugar para que se pueda hacer una idea de la que se le viene encima.

Con él se puede decidir cómo montar el escenario, qué equipo utilizar, problemas que pueden surgir, etc. En grupos más grandes y famosos incluye no solo la información, sino las exigencias de cómo debe hacerse (El «no aceptamos aparatos Behringer» es un clásico). A estos grupos se les entrega un contrarrider en el que se les explica cómo se van a cumplir esas exigencias. Esto lo lleva el personal especializado (managers, backliners, etc)

Sin embargo, en este momento de la historia universal todo el mundo es su propio personal especializado, así que es conveniente saber cómo hacerlo bien:

la guía de confirmaciones festivaleras en 2015 [Infografía]

Desde que me alcanza la memoria tengo la sensación de haber estado rodeado de festivales cada verano. Y de la misma forma que guardo recuerdos espectaculares de ellos, también guardo algunos muy dolorosos: Ver con 14 años cómo confirmaban a los artistas de mis sueños (con esa edad todo se dramatiza un poco) sin poder hacer mucho por ir me rompía el corazón. Aquello era para mayores.

Ahora que ya soy menos pequeño una de las cosas que más me llaman la atención es la lucha por ese momento. El momento de las confirmaciones. Estrategas que realizan eventos 1.0, community managers dando cancha a sus miles de followers o simples notas de prensa que cruzan España de blog en blog.

Estamos en la era de la información en dosis mega-industriales y oh, cielo santo, cómo hacer que me escuchen.

Quedan en un segundo plano las ruedas de prensa, la radio, la Mondo, la Rockdelux (en físico, claro está)

Así que ahora que se vuelve a acercar el momento de la verdad, la épica batalla por conseguir atención y ventas, he elaborado esta infografía sobre qué nos espera en 2015 en cuanto a confirmaciones festivaleras (pincha para ampliar):

Storytelling + grupos de música: ¿Sí o no?

Este tipo de chicas van camino de convertirse en nuestra imagen corporativa

Ayer por la noche estaba buscando contenidos para compartir con vosotros (La verdad es que estoy aprendiendo un montón intentando que esos contenidos sean originales y de calidad, pero con la humildad del que estudia y no enseña -me cuesta atreverme a lanzar según qué conclusiones-) y encontré este artículo sobre storytelling en bandas de música.

Básicamente el storytelling es una técnica que consiste en asociar al «producto» (Odio sonar excesivamente comercial. El producto puede ser tu Curriculum, si te es mejor así) una historia. Con esta historia conseguimos generar en la mente del receptor una serie de ideas, imágenes o sensaciones que jueguen a tu favor.

Un ejemplo muy bueno para mí es el de las empresas de tecnología que nacieron en garajes (Google, HP, Apple…). Nos cuentan sus orígenes humildes, de geeks cacharreando en garajes y ¡nos suena bien! Asociamos a sus marcas valores de humildad, trabajo e innovación que hacen que al final te sientas mejor usando sus productos. Aunque, por cierto, es casi todo mentira.

 

El artículo en cuestión decía varias cosas:

1. En la música siempre hay un componente teatral, una comunicación más allá de la propia música.
2. Toda esa comunicación (desde la forma de vestir y de iniciar un concierto hasta las redes sociales o los videos) forma una identidad.
3. El storytelling debe reforzar, resumir y hacer atractiva esa identidad.
4. Una boyband es un ejemplo de storytelling atractivo y abusivo para adolescentes (fugaz, cada miembro tiene una personalidad/rol, sueños que se cumplen)
5. Ozzy Osbourne es un ejemplo de identidad fija, permanente en el tiempo y a la que se ha incrustado la historia que se cuenta. Los artistas independientes son otro concepto de storytelling «soy como vosotros, un tío normal que odia las discográficas.»

La generación ‘skip’: Bandcamp

Pattie Boyd, ‘Layla’

El otro día me quedé, como siempre, pensando en los 7 minutos que dura Layla de Eric Clapton (la versión original de Derek & The Dominos) y twiteé algo como «Seguro que vosotros sois de los que os la encontráis en Bandcamp y al minuto 4 pasáis a la siguiente».

Me contestaron algo que me gustó mucho.

>@SrTena yo a estas alturas hago tres clicks, al principio, medio y final, dejo tres segundillos en cada, y si no cuela, fuera.
— Marlon Brandy (@Marlon_Brandy) December 10, 2014

Es cierto.

En la intimidad todos lo hacemos. Bandcamp no es una emisora de radio, la siguiente canción está a solo un click. Lo mismo sucede en Youtube, Spotify, etc. Además nosotros hemos nacido con ello y tenemos incluso la costumbre de pasar canciones en aleatorio hasta encontrar una que nos apetezca.

Supongo que es una pena para el disfrute. Sin embargo es el entorno que nos viene y esta cosa de la rápidez de la información lo lleva a más. Cada semana tenemos 125653 artistas que descubrir, 2453 artículos de Pitchfork y derivados, y sólo unas horas.

Adaptarse: Las estadísticas de Bandcamp